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Importancia de una limpieza adecuada en suelos flotantes

La tarima flotante es una solución muy utilizada por su apariencia natural, su comodidad y facilidad de instalación. Sin embargo, mantenerla en buen estado requiere conocer los cuidados específicos que este tipo de suelo necesita. Una limpieza inadecuada puede provocar daños como hinchazón, pérdida de brillo o deterioro prematuro de las juntas. Por eso, es fundamental aplicar métodos que respeten sus características técnicas.

Este tipo de superficie no está diseñada para soportar limpiezas agresivas ni humedades prolongadas. A diferencia de otros materiales como el porcelánico o el vinilo, la tarima flotante tiene un núcleo de fibras de madera que debe protegerse. Para más detalles sobre la composición de estos productos, puedes consultar el artículo sobre rechapado contrachapado y cómo influye en la resistencia de cada opción.

Productos recomendados y aquellos que debes evitar

A la hora de limpiar suelo laminado o tarima flotante, se deben evitar productos abrasivos, ceras o detergentes con base aceitosa. Estos componentes pueden dejar residuos, provocar deslizamientos o alterar el acabado superficial. En cambio, es recomendable usar limpiadores neutros específicos para laminados o disolver un poco de vinagre blanco en agua tibia. La proporción de humedad es clave: el trapo o fregona debe estar solo ligeramente humedecido, nunca mojado.

Existen soluciones listas para usar que se secan rápido y no dejan marcas. También puedes optar por herramientas como mopas de microfibra o aspiradoras con cepillo blando. Si estás pensando en renovar tu espacio, te invitamos a leer cómo transformar salón con tarima flotante y ver cómo la limpieza forma parte del mantenimiento estético.

Ingredientes que debes evitar siempre

Evita productos con lejía, amoniaco o alcohol de limpieza en alta concentración. Estos compuestos pueden dañar el sellado superficial y alterar la tonalidad del suelo con el tiempo, especialmente en lamas de color claro o acabados mate.

Errores comunes que deterioran la tarima

Uno de los errores más frecuentes es usar demasiada agua. Aunque parezca inofensivo, el exceso de humedad puede filtrarse en las juntas y causar hinchazón. Otro fallo habitual es arrastrar muebles sin protección, lo que puede dejar marcas irreversibles. El uso de productos multiusos también suele generar restos grasos que atrapan polvo y empeoran el aspecto con el tiempo.

También se suele abusar del uso de vaporetas o fregadoras a vapor. Aunque limpian en profundidad, el calor y la presión penetran en el núcleo de la lama, provocando deformaciones. Si estás valorando suelos más resistentes, puedes revisar el artículo sobre suelo AC5 y conocer sus ventajas frente al desgaste. Igualmente útil es conocer las diferencias entre laminado y madera para elegir según tu estilo de vida.

Frecuencia y técnicas de limpieza recomendadas

Para mantener tu tarima impecable, lo ideal es pasar una mopa seca o aspiradora suave cada dos o tres días. En función del tránsito y la suciedad, puedes realizar una limpieza húmeda semanal, asegurándote de secar con un paño limpio. Las técnicas suaves prolongan la vida útil del suelo y evitan la acumulación de residuos que opacan el acabado. La clave está en ser constante pero no agresivo.

Si tienes mascotas o niños pequeños, puede ser necesario aumentar la frecuencia. En esos casos, optar por productos sin fragancia y con ingredientes hipoalergénicos es lo más recomendable. La limpieza no debe alterar el equilibrio del material, sino acompañar su uso cotidiano. Para más ideas sobre cómo elegir el mejor suelo para cada situación, visita nuestro contenido sobre tendencias en suelos.

Limpieza preventiva con alfombras

Colocar alfombras en zonas de paso como entradas o pasillos puede reducir la acumulación de suciedad. Además de proteger el suelo, aportan estilo y ayudan a mantener la higiene con menos esfuerzo diario.

Consejos adicionales para conservar la tarima como nueva

Más allá de la limpieza, hay medidas que prolongan la vida de la tarima flotante. Usar protectores de fieltro en las patas del mobiliario, ventilar bien las estancias y mantener una humedad ambiental adecuada evitará que las lamas se expandan o se contraigan. También es útil evitar el contacto prolongado con agua, como en el caso de plantas mal aisladas o recipientes con fugas.

Si tu suelo ya presenta signos de desgaste, quizá sea el momento de considerar una renovación. En Maderas Algete te ofrecemos soluciones adaptadas a cada tipo de estancia, con asesoramiento técnico y entrega directa desde fábrica. Si deseas más información, escríbenos desde contacto o conoce más sobre nuestro equipo en nosotros.

Mantenimiento estacional y revisiones

Con cada cambio de estación, conviene revisar juntas, bordes y zonas próximas a puertas o ventanas. La prevención evita reparaciones costosas y permite conservar el valor estético del suelo a largo plazo.

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